Son los restos arqueológicos de instrumentos y la representación en pinturas y en bajorrelieves de músicos y bailarines, las mejores fuentes para el estudio y conocimiento de la música del antiguo Egipto, además de la tradición oral que nos ha llegado gracias a los cantores coptos.
Desconocemos cómo sonaba realmente su música porque no llegaron a desarrollar un sistema para representar los sonidos musicales aunque sí quedan textos que nos dan a conocer algunos aspectos como por ejemplo que tenían una estrictas normas de ejecución y que era transmitida directamente del maestro al alumno.
Los egipcios tenían grandes conocimientos científicos y dedicaron una gran parte de estos a la música. Se sabe que los músicos, generalmente sacerdotes de los templos, gozaban de una importante categoría y que incluso algunos están enterrados en las necrópolis reales.
Según los estudios realizados por musicólogos y egiptólogos, la música de la época de los faraones se clasifica entre la popular y festiva y la que se interpretaba en los ritos funerarios y religiosos. Su desarrollo principal fue en los templos, interpretada durante los ritos dedicados a los dioses como las de los cultos a Isis y Neftis, que permiten suponer que dos sacerdotes alternaban en el canto, combinados con solos a cargo de las sacerdotisas que representaban a la diosa.
Los campesinos egipcios vivían en función de la inundación anual de los campos y la posterior retirada de las aguas del Nilo. En las labores de siembra y cosecha se entonaban los "cantos de siembra y siega", presentes en todas las culturas agrarias. El canto de siega se conocía con el nombre de "canto de Maneros", nombre de quien se tenía por el hijo único del primer rey de Egipto. Maneros se identificaba con el dios Osiris y con el espíritu del grano cortado por la hoz del segador.
En este ambiente agreste surgieron los primeros instrumentos musicales, los más primitivos de cuantos se conocen, los palos o bastones de entrechoque. Se supone que su función era, antes de ser utilizados para marcar los ritmos que acompañaban a los cantos, ahuyentar a los insectos y a los pájaros. Estos palos son muy semejantes a las actuales "claves". Los palos de entrechoque aparecen hacia 3200 a.C en manos de figuritas de danzantes que adornan las paredes de los vasos de cerámica pintada.
Se sabe también que la música era utilizada como remedio terapéutico y, según algunos papiros que se conservan, el mismo jeroglífico que se usaba para la música servía para representar la alegría y el bienestar. Su símbolo era un loto florecido y por eso muchas arpas aparecen ornamentadas con dibujos de lotos en flor:
«Que haya música y canto ante ti, deja tras de ti todo cuidado y preocúpate de alegrarte hasta que venga ese día en que viajemos a la tierra que ama el silencio».
En los templos se realizaban cultos diarios en los que se recitaban textos sagrados acompañados por la música. El canto era considerado como la forma de conexión con lo divino. La lectura de los textos sagrados era realizada por el portador del libro ritual, el Heri-heb o «sacerdote lector».
Todos los templos tenían sus músicos, cantantes y bailarinas. Las Hener, conjuntos formados por cantantes y bailarinas, «las cantoras de Amón», eran algunos de los nombres que recibían.
Los egipcios de daban mucha importancia al paso de la vida a la muerte, en gran parte su existencia se centraba en la “vida del más allá” y por tanto los ritos funerarios tenían un especial significado y eran acompañados por la música, a la que también se consideraba un medio de comunicación con los difuntos.
En los ritos funerarios se bailaba tocando con palmas en la casa del embalsamamiento y durante la procesión para llevar al difunto a su tumba.
En las mastabas se realizaban ofrendas de todo tipo, incluídas las musicales, para alimentar al ka y mantenerlo unido con los mortales. Las danzas eran de carácter simbólico y representaban el orden del cosmos; los instrumentos solían ser sistros, tablillas de entrechoque y palmas que marcaban el ritmo.
En las mastabas se realizaban ofrendas de todo tipo, incluídas las musicales, para alimentar al ka y mantenerlo unido con los mortales. Las danzas eran de carácter simbólico y representaban el orden del cosmos; los instrumentos solían ser sistros, tablillas de entrechoque y palmas que marcaban el ritmo.
Estas danzas realizaban mudras con las manos y el cuerpo reflejaban un lenguaje parecido a las danzas del Katakali y otras del sur de la India como la danza Baratanatya. Por ejemplo: la unión del dedo pulgar que simboliza la conciencia cósmica con el dedo índice la conciencia individual, significa la unión del hombre
con lo sagrado.
Aunque que no se puede profundizar en las características de aquella música si se puede detallar ciertos aspectos relacionados con ella, especialmente se estudian y analizan la gran cantidad de instrumentos musicales del Antiguo, Medio y Nuevo Imperio y no sólo con los hallados en las tumbas; muchos de estos estudios se hacen a partir de reconstrucciones sobre los instrumentos que se encuentran en pinturas y relieves.
Arpa reconstruida por R. Pérez Arroyo
Se observa también en las pinturas y relieves que el músico practica simultáneamente dos notas diferentes, dato de una posible “polifonía”. Los musicólogos tratan de explicarlo siguiendo al quirónomo o “director musical” quien, mediante un lenguaje musical basado en signos reproducidos con las manos, la quironimia, indicaba la altura y las notas concretas que el músico debía tocar.
El musicólogo español Rafael Pérez Arroyo afirma que se practicaba una rudimentaria forma de “polifonía”. Si estuviera en lo cierto, significaría que la música polifónica es mucho más antigua de lo que nos cuentan los libros de Historia.
Se cree que usaron la escala pentatónica, extendida en Oriente, pero fue evolucionando hasta la escala de siete notas o pitagórica. Pitágoras, creador de nuestro sistema musical, estudió en Egipto, así que lo que nos transmitió puede proceder de los conocimientos que adquirió en la tierra de los faraones.
Los aerófonos:
Abarcan desde los más primitivos como los silbatos de concha y los cuernos, hasta la flauta faraónica.
Los oboes de lengüeta doble y las trompetas, relacionadas con Osiris y la resurrección aparecieron posteriormente.Eran metálicas,estaban hechas de cobre o plata. Se usaba en los desfiles militares y para el culto a los muertos, similares a la trompeta palestina.
Estaban realizados con cuerda, generalmente, de fibra vegetal de palmera y de tripas de animales.
El arpa era la más emblemática y muy apreciada por su dificultad técnica. Había de muchos tamaños y estilos, así como de diferente número de cuerdas, de cinco a doce según la época, y su sonido era más oscuro que las arpas modernas. Su afinación exigía tanto rigor y paciencia que se ha hecho famoso el pleito que se puso a un músico por devolver a un templo un arpa desafinada.
Los instrumentos de viento los tocaban generalmente hombres y los de cuerda tenían un carácter femenino relacionado con cultos lunares y hathóricos eran tañidos en su mayoría por mujeres.
Los membráfonos:
Las primeras alusiones a la danza en Egipto las podemos encontrar en la época predinástica donde aparecen en algunas vasijas escenas de mujeres bailando.
Algunos estudiosos han llegado a diferenciar hasta seis tipos de bailes: religiosos, no religiosos, de banquetes, de harén, de combate y los de la calle.
En la mayor parte de las representaciones, se pueden ver grupos de hombres y mujeres bailando separadamente aunque formando parte de una misma “coreografía”, ejecutando diferentes movimientos que incluso podían ser acrobáticos.
El problema del entendimiento de estas danzas radica en el desconocimiento de los “códigos” de interpretación de algunos de los movimientos y por tanto, ignoramos su significado real.
A través de las escenas que nos han llegado, podemos observar cómo se vestían las bailarinas de los harenes egipcios: túnicas, tocados, pelucas, algunas incluso bailaban desnudas, con una simple tira sobre sus caderas y siempre descalzas.
De las escenas de harem podemos extraer la no existencia de una relación directa entre danzarinas y músicos o la parte instrumental.
La mayor parte de las veces, aparecen en registros separados.
Los únicos instrumentos relacionados con las bailarinas son las palmas, los pequeños tambores y alguna percusión para llevar el ritmo. Los instrumentos de viento o cuerda rara vez aparecen. Eso significa que las bailarinas hacían solos interpretativos y no improvisaban, y sus “pasos” estaban estudiados.
Se tienen algunas referencias de pasos: caídas de cadera (drop marcha del país), movimientos circulares de cadera, saltos y piruetas varias.
De las danzas relacionadas con ritos funerarios se tiene más constancia y son las más antiguas de Egipto. Como se han recogido en las pinturas de las tumbas del Imperio Antiguo. Tras el proceso de momificación se realizaban unas danzas por parte de un grupo de mujeres y cuyo objetivo era ayudar al difunto a entrar en su nueva vida.
Igualmente existían danzas en la procesión funeraria como se puede ver en las tumbas de Beni Hasan, Imperio Medio. De este periodo podemos encontrar una variante de danza en honor a la diosa Hathor, que ayudaba a los muertos a entrar en el inframundo. Las danzas incluían cantos y el uso de instrumentos de percusión.
Otro grupo de danzarinas funerarias de las que se tiene conocimiento son las llamadas “bailarinas de Muu” o “bailarines Muu” que ejercieron su rito desde el Antiguo al Imperio Nuevo. Aunque no aparecen en muchas escenas, se tiene conocimiento de que eran porteadoras del cuerpo por las aguas de la purificación, en una ruta de ida y vuelta desde Menfis a Sais.
Igualmente existían danzas en la procesión funeraria como se puede ver en las tumbas de Beni Hasan, Imperio Medio. De este periodo podemos encontrar una variante de danza en honor a la diosa Hathor, que ayudaba a los muertos a entrar en el inframundo. Las danzas incluían cantos y el uso de instrumentos de percusión.
Otro grupo de danzarinas funerarias de las que se tiene conocimiento son las llamadas “bailarinas de Muu” o “bailarines Muu” que ejercieron su rito desde el Antiguo al Imperio Nuevo. Aunque no aparecen en muchas escenas, se tiene conocimiento de que eran porteadoras del cuerpo por las aguas de la purificación, en una ruta de ida y vuelta desde Menfis a Sais.
Dentro de los estudios realizados en las tumbas, se pueden encontrar las siguientes danzas:
La Danza del Iba:
Es sin duda la más antigua que nos ha llegado, aparece desde la IV Dinastía y es fácil de identificar, un grupo de bailarinas alzan los brazos por encima de la cabeza formando una figura romboidal, tienen los brazos perfectamente simétricos con respecto al eje del cuerpo, las palmas de las manos vueltas hacia el cielo y un pie ligeramente levantado. Se interpretaba durante la ceremonia en la que se transportaba el sarcófago a la necrópolis. También se realizaban en las celebraciones anuales en honor del difunto.
También aparece en las tumbas de provincias, pero en éstas, a diferencia de las que se realizaban en la corte, revelan una fantasía y fuerza imaginativa ausente en la capital al estar sujetas a unas reglas más rígidas, dejando paso a formas más vivas y dinámicas con posturas mas naturales.
Danza del Iba. Mastaba de Nenkheftka. Saqqara Museo Egipcio de El Cairo
La danza de las damas de Acacia:
Es un ejemplo de la importancia del baile como parte de los ritos funerarios. Las bailarinas realizaban esta danza inmediatamente después de haber terminado la momificación y empezaban con actitudes semejantes a las plañideras. La finalidad era satisfacer a “Sejmet, diosa de la muerte , de la sangre y de las enfermedades y la que aniquilaba a los enemigos del sol, derrotando a los genios maléficos que obstaculizaban el comienzo del nuevo ciclo y la llegada al mundo de la inmortalidad.
La danza del Mw : Para bailar esta danza los bailarines se disfrazaban de plantas de papiro para simbolizar las malezas del delta. Los miembros de la procesión funeraria acompañaban el viaje de la persona fallecida por las aguas al mundo de la inmortalidad. Durante su viaje mitológico aparecían en escenas llenas de árboles , lagos y símbolos religiosos como símbolo de volver a nacer.
La danza de la laudo: Era interpretada por una sola bailarina entre los músicos. Su danza debía tener un profundo conocimiento de los ritmos. Los movimientos eran muy estéticos y llenos de gestos especiales además tenía momentos de expresión de alegría y tristeza.Esta danza era frecuente en los banquetes en los que se invitaban a parientes y amigos. En ellas se consumía mucho vino y decían comunicarse con la diosa de la embriaguez: Hathor.
Los bailarines del sol “La danza de los enanos”: Conocida como la danza de la despedida, ya que los bailarines enanos significaba la partida del hombre hacia el otro mundo del más allá , la puesta del sol y el comienzo del viaje nocturno. El enano en la cultura egipcia antigua fue símbolo de la juventud permanente porque no se ponía más grande por lo que se lo relacionaba con el inicio del otro ciclo de la vida y el renacer.
La danza de Hathor : El grupo de bailarines daban saltos y giros para celebrar la venida de la diosa Hathor que recibía el espíritu del viajero, que acababa de morir, en su entrada al mundo inferior. Era habitual ver el faraón bailando en este festival.
La danza de la mesa de ofrendas:Formaba parte de los rituales funerarios y en él las bailarinas a que bailaban frente a la mesa de ofrendas, simbolizando el poder del viajero, que acababa de morir, en su primera comida en el otro mundo.
La danza del “Opet”: En el antiguo Egipto existía la creencia de que los dioses, al igual que los hombres, se casaban y había que celebrar los festejos de bodas. La celebración de la boda divina entre “Amón” el dios del sol del templo del “Karnak” con la diosa “Mut” del templo de “Luxor” es un ejemplo de ello.En esta danza las bailarinas acompañaban a la procesión de “Amón” danzando acrobáticamente.
La danza del Año Nuevo: Esta danza celebraba la venida de las aguas de la inundación del río Nilo, que tiene lugar en los últimos días de julio. El objetivo es satisfacer a la diosa “Sejmet” y calmarla con la música y el baile para evitar el ataque de las enfermedades, de los genios maléficos y fertilizar la tierra para tener prosperidad. Esta danza era de carácter religioso y ceremonial. Era interpretada por bailarines profesionales que actuaban cobrando en los banquetes y fiestas, quienes bailaban con el ritmo de la música mientras deseaban larga vida a los invitados.
Fuente: valdemusica.blogspot.com